En una entrada anterior, hice referencia a la importancia de lograr a través de las TIC, convertir la información en conocimiento y sabiduría, la afirmación parece dejar implícito, que el uso de la tecnología sería suficiente, para que seamos capaces de ampliar y/o mejorar nuestras capacidades cognitivas. ¿Hasta que punto esto puede ser cierto? ¿Todas las capacidades recibirán la misma influencia? ¿Todas las personas responderán de la misma manera?
El artículo “Las diversas influencias de la tecnología en el desarrollo de la mente”, hace referencia a la percepción, concepto ya difícil de definir en tanto percibir implica una manera particular de ver la realidad en la que influyen diferentes aspectos socio culturales e individuales, y parte de una metáfora: “la mente se comporta como una computadora”, esto es, como un proceso de información, con entrada y salida, sistemas, almacenamiento y un programa, que la hace funcionar. El avance tecnológico provoca un continuo devenir de procesos y compromisos mentales, estimulando y creando diferenciaciones que no modifican demasiado las capacidades cognitivas, pero influyen en la percepción del mundo, de modo que cuando la tecnología no es novedad, no se producen diferenciaciones. Sin embargo, hay situaciones en las que la tecnología, puede interactuar con el individuo, mediante “asociaciones intelectuales” (Perkins, 1985), que posibilitan realizar tareas más eficientes en menor tiempo, funcionando como “herramientas para pensar”, ya que al facilitar algunos procesos, permite que mejore el producto final. Surge, aquí la pregunta ¿este mejor resultado hace a la persona más inteligente? ¿mejora su conocimiento? , tal vez la respuesta la encierre el argumento de Pea: “la inteligencia no es una cualidad solamente de la mente, sino que es un producto entre las estructuras mentales y las herramientas intelectuales provistas por la cultura” (1985).
¿Se podría afirmar entonces que las TIC no son solo herramientas, sino que ayudan a desarrollar la capacidad de pensamiento? Según Perkins y Salomon (1987) en su “teoría de la transferencia”, la adquisición de habilidades sucede con el uso continuo de la tecnología, mediante actividades que exijan la participación mental del individuo, si la práctica es continua, la habilidad se automatiza y si se compromete la atención, se exige más concentración en la aplicación tecnológica y se produce una generalización, que podrá o no internalizarse.
En resumen, las TIC serán herramientas cognitivas, cuando las condiciones sean apropiadas, impliquen atención en los procesos y se logren internalizar las operaciones que con ellas se realicen, de esta manera la interacción individuo-tecnología promoverá y mejorará la inteligencia de las personas, porque facilitará la manipulación de la información, la múltiple codificación y la integración de las representaciones y serán recursos que amplien las estrategias del pensamiento.
